Lo que no sucede en los regímenes totalitarios. La democracia permite la postulación aun de quien no cree en ella ni en sus instituciones. Es el caso del intransigente Leonidas Iza. En el debate presidencial afirmó: «pusimos al menos 200 millones de dólares», refiriéndose a los episodios de violencia, rectificando luego que era la cantidad destinada por el gobierno a programas sociales. ¿De dónde vinieron los formidables recursos para financiar la violencia? Es un misterio. Aunque hay señales. No dijo que las asonadas de destrucción de 2019 y 2022, provocó pérdidas superiores a los 2.000 millones de dólares, y la destrucción de Quito.
Por fin, el 9 de febrero sabremos a cuántos ciudadanos representa el líder impulsivo e incendiario de la CONAIE. Recordemos: de los candidatos indígenas, Luis Macas (2006) consiguió el 2.19%. Antonio Vargas (2002) el 0,86%. PK, con la ID y otros grupos, (2017) apenas alcanzó el 6.71% con el candidato Paco Moncayo. La única candidatura de un cercano a los indígenas, Yaku Pérez (2021) alcanzó el 19,39%, sin el respaldo del señor Iza y con un discurso moderno de centro que enamoró a la juventud y las capas medias. Luego (2023), Yaku Pérez quedará reducido a un exiguo 3.97% de los votos.
El extremista Leonidas Iza a veces sí dice lo que piensa: «nuestros sueños no pasan por una urna». ¿Entonces pasan por las lanzas, las bombas incendiarias, el fuego y la violencia? La frase de Iza casi es una copia de lo expresado por el anarquista Mijaíl Bakunin: «la verdadera democracia no se encuentra en las urnas sino en las calles». Iza ha dicho que en las calles se logra más que en las elecciones. Es un apasionado por destruir. Ahí se inspira en Bakunin: «la pasión por la destrucción es una pasión creativa».
En democracia, las elecciones legitiman la representación. No hay sociedad sin representación. El romanticismo socialista del candidato de PK pertenece al populismo etnocentrista, con el condumio del resentimiento social. Ahí se entiende su cercanía al correísmo. Lo demostró en el 2021 cuando apoyó al candidato que ofrecía extraer oro de los celulares, traicionando a PK. Iza no cree en la democracia, a la que califica de «barbarie» y prefiere el comunismo indoamericano. Es predecible un escaso apoyo. Será el inicio de su final. Lo deseable sería que la mesura retorne a la dirigencia de la CONAIE y se reconcilie con la razón, rompiendo el cerco de un ideologismo enmohecido.