El Ecuador necesita un Proyecto Nacional de Formación Inicial y Continua de Profesores –de carácter interdisciplinario- que apunte a reconocer lo bueno y positivo de los docentes, y también los problemas –los diagnósticos sobran- a fin de diseñar y ejecutar nuevas prácticas para formar mejores docentes.
Si no planteamos un esquema integrado de selección de maestros y maestras, con una sólida preparación y actualización académica y ética, con mínimos exigibles por entidades certificadoras y evaluaciones independientes, no se superarán los actuales inconvenientes.
La matriz educativa del Ecuador debe construirse con la participación de todos los actores.
Cambios estructurales
El sistema educativo del Ecuador ha avanzado en cobertura escolar –que llega al 96%-. El déficit –aunque se han impulsado algunas estrategias- es la calidad de los aprendizajes, que depende, en gran medida, de la formación inicial y continua de los profesores, y de las universidades que preparan a los docentes. Para ello es necesario identificar los niveles -macro, meso y micro- con una intervención sistémica.
Los ejes del cambio estructural de la educación van más allá de los reglamentos y organigramas, porque la calidad -tantas veces enunciada- tiene relación directa con los sistemas o modelos de enseñanza y aprendizaje, mediante procesos de investigación, documentación, planificación, ejecución y evaluación, con la participación activa de las universidades -hoy divorciadas o a espaldas de las políticas públicas que implementa el Ministerio de Educación-.
La calidad educativa va de la mano de sistemas de evaluación continuos, cuyas conclusiones deben aplicarse en las aulas. Se sabe que “la educación que no se evalúa se devalúa”. Las variables calidad/evaluación son inseparables, para hacer posible, de manera progresiva, la transformación integral de las escuelas en comunidades de aprendizaje, articuladas a una gobernanza real y no retórica; es decir, vinculadas a otras instancias sociales, como la salud, la seguridad, la cultura, el empleo y la inclusión.
La conectividad universal, tanto en los centros escolares como en los hogares, es un requisito fundamental para la mejora del sistema educativo, de la mano de las nuevas tecnologías de información y comunicación, y sus aplicaciones en el mundo escolar.
Asimismo, la modernización de los textos escolares es emergente, que responda a un currículo abierto y flexible, sobre la base de una matriz básica nacional, según las necesidades de aprendizaje de los estudiantes, y no a las ventajas o prerrogativas de los docentes. El tiempo escolar debe estar organizado, según estándares científicos, en función de diagnósticos, las competencias lingüísticas y las neurociencias, de acuerdo a los grupos etarios.
Un plan lector obligatorio y referenciado, que trascienda los muros de las escuelas y colegios, y se extienda a las comunidades, en asocio a autores, lectores, editores y bibliotecarios, es prioritario
Y procesos de rendición de cuentas con participación de la ciudadanía: estudiantes, padres de familia y docentes. ¡La ciudadanización de la educación es emergente!
Política Educativa Pública
Una política educativa pública sobre la formación inicial y continua de los docentes, articulada a las universidades, el Ministerio de Educación y los planteles -en coordinación con los gremios de docentes-, como parte sustancial del Plan de Desarrollo vigente, es urgente.
Con este propósito, se debe organizar una consulta nacional en la que participen todos los actores relacionados directa e indirectamente con el talento humano: los sectores público, privado, no gubernamental y las universidades.
La estrategia sería: menos retórica -y con la información existente- construir una agenda nacional interdisciplinaria, de carácter consensuada y obligatoria, como política de Estado, en lo que a talento humano se refiere, con mesas de trabajo especializadas, supervisión internacional y un marco teórico-metodológico vinculante, que siente las bases de una ley, reglamentos y planes para el período 2025 – 2030.
Cambio de la matriz educativa
El Ecuador es un país rico en recursos naturales. Su biodiversidad está reconocida por la ciencia y la legislación, mientras que el factor humano todavía no cuenta con sistemas sustentables.
La producción y la productividad requieren una matriz educativa consistente, sólida y coordinada, en función del desarrollo nacional. El país vive una etapa de cambio hacia la industrialización y la generación de empleo especializado, para la fabricación de productos y servicios de exportación con alto valor agregado. Lo anterior sería posible con políticas públicas de largo plazo que transciendan los gobiernos.
En ese contexto, la formación dual constituye una estrategia probada que se orienta a la vinculación entre la educación y el empleo, entre los colegios y las fábricas.
La pobreza y la pobreza extrema -y sus factores asociados (la exclusión, los diferentes tipos de violencia y la informalidad)- son debilidades del sistema que pueden y deben ser abordados con inversiones versus resultados, en la nueva matriz educativa, y no como gastos sin rendición de cuentas.