Se ha aceptado como verdades que las ideologías son cosa del pasado, que a los jóvenes no les interesa ubicarse antecategorías como correísmo o anticorreísmo y que los electores rechazan la confrontación. Cualquiera que piense y se pregunte por el sentido de las cosas terminará formándose una cosmovisión y por tanto una ideología. ¿Por qué no la han de tener los jóvenes?
El correísmo tiene un voto duro de un tercio del electorado,pero también es duro el voto anticorreísta. Si nuestra sociedad se ha vuelto violenta y está polarizada ¿Cómo puede creerse que rechaza la confrontación?
En el debate presidencial comprobaremos si los candidatos tienen ideología, veremos si rehuyen la confrontación o confían en ella para ganar el debate y la presidencia. Los binomios han soltado piedras en las que pueden tropezar los candidatos o quizá con ellas quieran lapidar al adversario.
Los expertos encargados de los temas han establecido cuatro ejes temáticos, pero en cada eje van escondidas las preguntas que desnudarán a los candidatos. La dolarización es un tema clave, ¿será una piedra para lanzar al adversario o será una piedra de molino que se pongan al cuello? No podrán eludir ni decorar las verdades y los hechos.
Las preguntas indagarán de qué tamaño conciben el Estado y las respuestas descubrirán si proponen la superioridad de los derechos colectivos o de los derechos individuales, si plantean inflar o reducir el gasto público, cuánto tomarán de los ahorros del IESS y la reserva monetaria y hasta dónde llevarán el endeudamiento. Quizá nos descubran el monto del gasto social que proponen, si mantendrán o eliminarán los subsidios y si piensan que debe aumentar o disminuir la burocracia.
En política, tal vez nos digan si aceptarán la derrota, si permitirán gobernar al adversario, si pactarán, si apelarán al pueblo con una consulta popular, o si continuarán la guerra para dominar los organismos de control, las Cortes y lasinstituciones del Estado.